Una ceremonia solitaria es una ceremonia al fin de cuentas, aunque algunos la quieran negar, aduciendo que una ceremonia debe congregar un público, debe tener seguidores. Como en una religión. Jorge Eduardo Eielson nunca lo consideró así. Prefería sus momentos únicos consigo mismo y con ese otro que era él escribiendo. De ahí nacieron sus ceremonias solitarias. La Ceremonia solitaria bajo la luz de la luna, la Ceremonia solitaria en compañía de mí mismo y esta ceremonia en compañía de tu cuerpo.
… … … … … … … … … … … … … … …
Jorge Eduardo Eielson – Ceremonia solitaria en compañía de tu cuerpo
Penetro tu cuerpo tu cuerpo
De carne penetro me hundo
Entre tu lengua y tu mirada pura
Primero con mis ojos
Con mi corazón con mis labios
Luego con mi soledad
Con mis huesos con mi glande
Entro y salgo de tu cuerpo
Como si fuera un espejo
Atravieso pelos y quejidos
No sé cuál es tu piel y cuál la mía
Cuál mi esqueleto y cuál el tuyo
Tu sangre brilla en mis arterias
Semejante a un lucero
Mis brazos y tus brazos son los brazos
De una estrella que se multiplica
Y que nos llena de ternura
Somos un animal que se enamora
Mitad ceniza mitad latido
Un puñado de tierra que respira
De incandescentes materias
Que jadean y que gozan
Y que jamás reposan
… … … … … … … … … … … … … … … Jorge Eduardo Eielson
Ceremonia solitaria, 1964