Pablo Guevara – Mi padre un zapatero

«Fue bueno, y yo lo supe a pesar de las ruinas que alcancé a acariciar»

zapatero_padrePablo Guevara fue un poeta peruano que perteneció a la Generación del 50. En este poema nos cuenta una historia cotidiana de un hombre cotidiano: su padre. Su padre un zapatero, nuestros padres los artesanos, nuestros padres los de noble oficio, que no trasciendes y mueren, pero viven con nosotros. Buenas personas, siempre buenas personas, aunque Nadie se acuerda de él.

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Pablo Guevara – Mi padre un zapatero

Tenía un gran taller. Era parte del orbe.
Entre cueros y sueños y gritos y zarpazos,
él cantaba y cantaba o se ahogaba en la vida.

Con Forero y Arteche. Siempre Forero, siempre
con Bazetti y mi padre navegando en el patio
y el amable licor como un reino sin fin.

Fue bueno, y yo lo supe a pesar de las ruinas
que alcancé a acariciar.  Fue pobre como muchos,
luego creció y creció rodeado de zapatos que luego
fueron botas. Gran monarca su oficio, todo creció
con él: la casa y mi alcancía y esta humanidad.

Pero algo fue muriendo, lentamente al principio:
su fe o su valor, los frágiles trofeos, acaso su pasión;
algo se fue muriendo con esa gran constancia
del que mucho ha deseado.

Y se quedó un día, retorcido en mis brazos,
como una cosa usada, un zapato o un traje,
raíz inolvidable quedó solo y conmigo.

Nadie estaba a su lado. Nadie.

Más allá de la alcoba, amigos y familia,
qué sé yo, lo estrujaban.

Murió solo y conmigo. Nadie se acuerda de él.

————————————— Pablo Guevara